El día en que todo termino
Me desperté como cualquier otro día, un poco cansado camine hacia el baño y me lavé la cara, me cepille los dientes, y me vestí.
Salí a la calle alrededor de las 9 de la mañana, cuando el sol comienza a arder… cuando el sol empieza a quemar.
Era un día perfecto… el sol, el cielo, el dulce olor de una mañana fresca, que más se podía pedir.
El viento soplaba a mi favor; o por lo menos eso yo pensaba, para mí era lo de menos, esa sonrisa que no podía borrar, y aún no sabía la razón.
Después de una mañana cansada, llegue a mi casa… lo primero que dije fue “Cama” y me fui a recostar, con un vaso de té helado, prendí mi aire acondicionado agarre mi guitarra y encendí mi computadora… y fue cuando mi sonrisa aumento al triple de su tamaño… al verla conectada… disponible para hablar.
Pensé que sería el mejor día de mi vida pero me equivoque de nuevo… me llevé la peor decepción del mundo… después de poder poner un tema de conversación y poder platicar de corrido… pensé que era el momento perfecto para decirle cuanto la quería… cuando 5 palabras que vi escritas hicieron que mi corazón se quebrara como vidrio frágil… “Él me invito a salir” fueron las palabras más dolorosas de los últimos 5 años para mí…
Sin más remedio… apague la computadora, deje mi guitarra… apague la televisión, deshice mi cama y me acosté a filosofar conmigo mismo… sobre que había hecho mal.
Después de 2 horas de “filosofar” me di cuenta de… NADA.
Con la misma, agarre mis cobijas, puse mi cabeza sobre la almohada y me dormí… para no despertar nunca más.
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